El Barrio de la Bomba (L'Hospitalet de Llobregat)

30 marzo 2010

Can Pi – La Bomba 1990

Si picas encima se hace enorme!. Fotografía de principios de los años 90.

Anotaciones de Joaquín Arroyo sobre la ocupación actual del lugar: ZONA 1 Actualmente lo ocupa el almacén de IKEA. ZONA 2 Es lo que hoy en día es la Plaza Europa de Hospitalet. El paso elevado de la calle Amadeu Torner se ha derruido a favor de un paso a ras de suelo, y de unos edificios que poco recuerdan a lo que esa zona fue en su día. ZONA 3 Toda esa gran explanada es el centro comercial Gran Vía 2. Hasta finales de los 80 había habido un cementerio de coches. ZONA 4 Esa zona la ocupa a día de hoy el hotel Prestige Congreso. ZONA 5 Hoy, esto es la Fira Montjuich-2. Wow! Las veces que he estado dentro he intentado adivinar en qué parte del recinto se encontraba el viejo barracón de mi padre.

Se hace más grande!. He dibujado sobre las hojas del Plan General Metropolitano (Mediados de los años 70) los contornos del barrio de Can Pi (creo que mal), del barrio de la Bomba y del área que abarcan las fotografías anteriores. Hay una diferencia de más de unos 15 años, pero el aspecto del lugar no cambio mucho.

Las imágenes han sido cedidas por Joaquín Arroyo y además nos ha hecho los siguientes comentarios:

«En la parte central de la fotografía hay un grupo de barracas arremolinadas en una calle. Esa es la antigua calle Física. Mi padre tenía un taller ahí.

Pared con pared a su taller, había una granja de caballos y demás animales regentada por una familia de gitanos apodada «Los mulatos». En el plano, está debajo del texto «Granja Peronas», señalado por los números 8,6 / 5,6 / 6,8.

En esa calle había varios tallercitos industriales, alguna casa particular, etc etc. Enfrente del taller de mi padre, el dueño de otro taller tenía un par de perros. Los nombres de los animales no tenían desperdicio: uno se llamaba Felipe y otro se llamaba Fraga.

Hay dos autocares al inicio de la calle. Y es que allí había un taller de reparación de autocares. No comprendo como el dueño tuvo las narices de montar el taller ahí. Y es que la zona era un barrizal lleno de baches. Si un autocar era capaz de llegar hasta ahí, ¡sinceramente poca reparación necesitaba!

Humor aparte, es verdad que aún recuerdo los botes que pegaba la furgoneta Citroen 2CV de mi padre. Afinando la vista, se puede ver esa furgoneta medio tapada por la sombra, un poco más debajo de los autocares. Y encima de estos, se ve lo que había sido una recuperadora de vidrio.

A la izquierda de la recuperadora de vidrio, hay un edificio blanco de dos pisos. Ese es el Bar Carrillo (Bar La Guarra para los de la zona). En los comentarios de otro blog me he encontrado con alguien que vivía ahí cerca.

Entre los años 1988 y 1990 (hablo de memoria) se construyó en toda la zona un gran colector de aguas pluviales, como paso previo a la urbanización de todo el entorno. Hasta entonces, toda la zona era un barrizal. También se construyeron las calles que se ven en la foto, perfectamente asfaltadas, que a día de hoy se han ensanchado mucho.

Existía una casa donde había todo de huertas alrededor. Las cultivaban unos señores (Damián, Pedro y no se quien más) y vendían hortalizas por pocas pesetas. También tenían algún animal como gallinas, unos caballos… ¡y unos perros que los domingos iban al campo del Barcelona! (el hijo de Pedro era vigilante de seguridad). Pues bien, aquella casa era de un tío abuelo mío y en su día les cedió aquellos terrenos aunque quien pagaba las facturas de la propiedad era él. Toda el agua que irrigaba aquellas tierras provenía de las aguas subterráneas del terreno.

Una anécdota final, muy ligada a los últimos días de Can Pi, fue cuando los últimos propietarios de talleres se marcharon. Hablo del año 1991. Mis padres tuvieron que deshacerse de varias máquinas, entre ella una prensa a la que tenía mucho cariño (una prensa es básicamente un enorme martillo que moldea piezas de metal a base de propinarle un golpe seco de varias toneladas con un molde). Corría el año 2003 y mi padre, ya jubilado, por curiosidad asistió con mi madre a una feria de máquinas de segunda mano. No se lo pudieron creer: ¡quince años más tarde, se toparon con su querida prensa! y aún funcionaba»

Seguramente Joaquín y su familia estarán encantados de oir vuestros comentarios y así podremos recompensar el esfuerzo que han hecho para compartir todos estos recuerdos!

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